Un estudio reciente revela que la falta de sueño y de ejercicio son dos de las principales causas del sobrepeso y la obesidad.
Como una respuesta al creciente problema de la obesidad en todo el mundo, diversos profesionales europeos han dedicado los últimos cuatro años a desentrañar el origen multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantiles, así como las vías más eficaces para prevenir el problema. Se trata del proyecto IDEFICS (Identificación y prevención de los efectos inducidos por la dieta y el estilo de vida en la salud de los niños), una investigación en la que han participado expertos en epidemiología, nutrición, salud pública, genética, psicología, pediatría, actividad física y bioética, entre otras muchas ramas.
Programado para concluir el año próximo, el estudio IDEFICS ha analizado a un total de 16,224 niños de 2 a10 años de edad procedentes de Bélgica, Suecia, Estonia, Alemania, Hungría, España, Chipre e Italia, así como a sus padres. Los resultados que a lo largo de este tiempo han obtenido los científicos son de gran importancia tanto para descubrir la naturaleza del fenómeno como para establecer estrategias para combatirlo. Las últimas conclusiones se dieron a conocer en el marco del XI Congreso de la Federación Europea de Sociedades de Nutrición celebrado en Madrid, España.
En efecto, el estudio confirma que existe una relación directa entre la duración del sueño y el riesgo de padecer obesidad. Los investigadores descubrieron que los niños en edad preescolar que duermen menos de 11 horas cada noche corren un riesgo 40% mayor de desarrollar sobrepeso, y si duermen menos de nueve horas, el peligro se incrementa hasta un 300%.
De acuerdo a su análisis, uno de los factores que reduce las horas de sueño en los niños es que éstos pasan cada vez más tiempo frente a una pantalla. El hecho de que los escolares dediquen más horas a la televisión, la computadora o los videojuegos implica que duerman menos e incluso que se les dificulte conciliar el sueño debido a una sobre estimulación sensorial, sobre todo visual. Así, como una de las medidas más obvias para que los niños duerman más y, por ende, reduzcan el riesgo de padecer sobrepeso, los expertos recomiendan la limitación de los tiempos dedicados a permanecer delante de una pantalla.
¡A moverse!
Financiado por la Comisión Europea y coordinado por el Instituto de Investigación sobre Prevención y Medicina Social de la Universidad de Bremen, Alemania, el estudio también concluyó que la falta de actividad física es otro de los principales factores que inducen al sobrepeso y la obesidad. De acuerdo a sus conclusiones, los niños que hacen más ejercicio –porque practican algún deporte, se transportan en bicicleta o juegan al aire libre, por ejemplo- tienen menos probabilidades de mostrar exceso de peso, lo mismo que aquellos que pasan menos de 14 horas a la semana frente a una pantalla. De nuevo se hace patente la relación directa entre el sobrepeso y los estilos de vida sedentarios.
En este sentido, los científicos también revelaron que los niños que habitan en zonas con espacios públicos adecuados para jugar y ejercitarse al aire libre, suelen participar en este tipo de actividades un promedio de 15 minutos más que los que viven en áreas con movilidad reducida, donde dichos espacios son escasos, inseguros o simplemente no existen. Para los investigadores, los padres no son los únicos responsables de que sus hijos sean obesos o tengan sobrepeso. En cambio, advierten sobre la necesidad de que la sociedad en conjunto, ciudadanos y gobiernos, participen activamente en la creación de oportunidades que fomenten la actividad física entre niños y jóvenes. Si se trata de promover el ejercicio como una de las estrategias más importantes para combatir el exceso de peso, es indispensable brindar los entornos apropiados para practicarlo –seguros, accesibles y bien equipados.