Esos carbones estarían relacionados con la iluminación de las pinturas, bien para realizarlas o bien para verlas, lo que supondría que pueden ser incluso más antiguas, y esa fecha "corresponde a neandertales, por lo que se nos abre una expectativa increíble", ha apuntado el experto.
"Los carbones están al lado de las focas, que no tienen parangón en el arte paleolítico, y sabemos que los neandertales comían focas", ha precisado Sanchidrián, que ha insistido en la necesidad de datar un pequeño velo o película formada sobre las pinturas para conocer su fecha exacta.
Sin embargo, actualmente los trabajos están paralizados por la falta de recursos económicos y la ausencia de un gerente al cargo de la Fundación Cueva de Nerja.
Para el conservador de la cueva y coordinador del proyecto multidisciplinar, Antonio Garrido, era fundamental intentan datar los restos orgánicos existentes junto a las pinturas, y de coincidir las fechas "se abrirían muchísimos interrogantes".
También está sobre la mesa la posibilidad de que las pinturas fuesen obra de sapiens, pero para Sanchidrián, eso es "mucho más hipotético", ya que no existen pruebas de que nuestra especie irrumpiera en la Península Ibérica de sur a norte, "ni tampoco existen muestras similares de arte en el norte de África".
Cabe la posibilidad de estar ante la primera obra de arte de la humanidad y además, de que no esté hecha por sapiens, y eso sería un "cambio radical", puesto que hasta ahora, la Historia del Arte dice que "el arte es consustancial a nosotros, a los sapiens, porque somos los que pensamos", ha añadido.
Los investigadores consideran que esta gruta, uno de los últimos puntos del Sur de Europa en el que se refugiaron los neandertales, esconde la clave de la desaparición de esta especie.