El sexo es mejor cuando estás en forma. En el
rendimiento y la satisfacción sexual influyen muchos factores: niveles
hormonales (hola, testosterona), concentración mental y como no, las
emociones. Pero incluso cuando todas estas variables están en orden, tu
sesión amatoria puede torcerse si a los cinco minutos estas jadeando,
sin aliento, y con una luxación de codo. Así mejorará tu sexo con un
poco de ejercicio:
- Más ganas: el sexo es una función secundaria para nuestra supervivencia, eso quiere decir que necesitamos tener energía de sobra para tener deseo sexual. Puede parecer que el deporte cansa, pero en realidad te fortalece, y hace que el esfuerzo físico necesario para el sexo sea algo sencillo, y te puedas concentrar en disfrutar.
- Mejores erecciones: sí señores. En un estudio reciente, los hombres de más de 50 años que hacían ejercicio tenían un 30% menos riesgo de padecer disfunción eréctil que los sedentarios. A cualquier edad, la erección necesita una buena circulación sanguínea, y el ejercicio mejora tanto la vascularización, es decir, el número de vasos, como su capacidad. En todo el cuerpo.
- Más atractivos: estar en forma te hace más atractivo para el sexo opuesto. Esto es una verdad incontestable para hombres y mujeres de cualquier edad y condición. Estamos hechos así, la supervivencia de la especie obliga a nuestro cerebro a buscar a los mejores ejemplares para aparearse.
Los ejercicios del amor
En una sesión de sexo hay ciertos movimientos evidentes, pero no todo depende de ellos. Sigue esta tabla de ejercicios:
Kegel
Es el músculo más importante para el sexo, pero no encontrarás una máquina para ejercitarlo en tu gimnasio (se inventará en el año 3000). El suelo pélvico o músculo pubocoxígeo rodea el esfinter anal y es imprescindible para mantener la erección, controlar la eyaculación precoz, favorecer e intensificar el orgasmo en las mujeres
y por su fuera poco, evitar la incontinencia urinaria en la edad
avanzada. Es tan sencillo como apretar durante unos segundos y soltar,
al menos diez veces. Puedes hacerlo en cualquier parte. Para las chicas, también hay pesas.
Flexiones
Sobre todo para ellos, por motivos evidentes, pero también para ellas.
Con más fuerza en la parte superior del tronco se pueden mantener las
posturas más tiempo sin cansarse. Si no tienes fuerza suficiente empieza
apoyandote en las rodillas, o bien contra la pared. Puedes llegar a
hacer cien flexiones con el método adecuado.
Abdominales
Los ejercicios abdominales no quitan la barriga, pero unos abdominales fuertes son imprescindibles para el buen sexo.
No son solo los músculos que nos ayudan a levantarnos por la mañana,
también sirven para estabilizar todo el cuerpo, y cuando no tienen grasa
se convierten en todo un icono sexual.
Cadena posterior
A veces nos olvidamos de los músculos que recorren nuestra espalda
desde el cuello hasta los tobillos, y los necesitamos para cualquier
movimiento, especialmente los pélvicos. Si no tienes problemas de
espalda y quieres ponerte fuerte rápido, aprende a hacer el peso muerto. Una alternativa divertida y eficaz es el balanceo con kettlebell o mancuerna.
Intervalos
El ejercicio aeróbico de intervalos puede hacer milagros con tu fondo, resistencia, capacidad pulmonar y, de paso quemar grasa estratégicamente.
Sube una cuesta corriendo a toda velocidad y bájala andando, haz lo
mismo con escaleras, series de sprints, o con los programas de
intervalos de las máquinas de cardio de tu gimnasio.
Duerme
El sueño perdido es el mayor enemigo de la satisfacción sexual, y aunque no sea un ejercicio, dormir entre 7 y 8 horas puede mejorar radicalmente tu vida amorosa,
y tu vida en general. Además, dormir bien adelgaza, es bueno para la
piel y te pone de buen humor (un componente indispensable para el sexo).
No te olvides de ejercitar el músculo más importante para el sexo: el que está entre tus orejas.