Lindsay Lohan se encierra en su casa.

A la controvertida actriz le quedan solo dos semanas de servicios comunitarios y no quiere cometer ningún error que le prive de su completa libertad. Por ello ha decidido no salir de su casa hasta que termine el período de prueba y así evitar incidentes como el reciente caso en el que fue acusada de atropellar a un fotógrafo a la salida de un club nocturno.


La decisión podría deberse a la presión ejercida por sus amigos para que no se meta en más problemas, tras la última polémica protagonizada por la artista. Lindsay se acercó el jueves pasado a una discoteca en Hollywood para celebrar el cumpleaños de un amigo, pero finalmente decidió no entrar y marcharse rápidamente en su Porsche ante la presencia de los paparazzi.

Uno de ellos aseguró poco después que el vehículo de la intérprete le golpeó y que requirió asistencia médica, por lo que está dispuesto a llevarle a los tribunales.

La estrella, sin embargo, negó enérgicamente los cargos y explicó que simplemente tuvo que escapar del acoso mediático al que frecuentemente se ve sometida. Por su parte, la policía reconoció que no tiene ninguna prueba de las acusaciones vertidas por el fotógrafo y que, por tanto, no va a presentar cargos contra ella.

"Todo eso es una burda mentira. Estoy en servicio comunitario y creo que soy consciente de lo que debo hacer. Anoche solo quería felicitar el cumpleaños a un amigo, y ni siquiera pude hacer eso por el acoso de los paparazzi. Esas acusaciones son falsas y absurdas", publicó en su página de Twitter.