Cuántas veces, amor, * te amé sin verte y tal vez sin recuerdo...



Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, 
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, 

en regiones contrarias, en un mediodía quemante: 
eras sólo el aroma de los cereales que amo. 



Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa 

en Angola, a la luz de la luna de Junio, 
o eras tú la cintura de aquella guitarra 
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. 

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. 

En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. 
Pero yo ya sabía cómo era. 

De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: 

frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. 
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.