Presentamos una serie de curiosidades relacionadas con el andar de los reyes y demás cosas que sucedían en la época medieval.
Victoria anticonceptiva. En Inglaterra, los condones se vendían en unos paquetes que llevaban el retrato de la reina Victoria, madre de nueve hijos.
Al rojo vivo. Luis IX, el único rey francés que ha sido canonizado, ordenó quemar con un hierro incandescente la lengua de quienes juraran en nombre de Dios.
Jornadas vedadas. Por recomendación de su astrólogo, Luis XIV de Francia evitaba hacer cosas importantes el dia 21 de cada mes. Pero no evitó que el 21 de Junio de 1791 María Antonicta y él fuesen arrestados; que el 21 Septiembre de 1792, la institución de la realeza en su país, y que el 21 de Enero del año siguiente fuera condenado a muerte y ejecutado.
Arcada al primer mordisco. En una ocasión, Pedro I el Grande (1672-1725), emperador de Rusia, obligó a su sequito a morder los músculos de un cadáver impregnado de esencia de trementina.
Experto marinero. El príncipe Enrique el Navegante jamás navegó en expediciones para explorar los mares.
El monarca moroso. Para tratar las varices y la disenteria que padecía el monarca inglés Eduardo I, su médico le recetó un costosísimo preparado a base de perlas, almizcle, oro, plata, azúcar de rosas, resinas exóticas y pasta de ámbar gris. Tras varios años de tratamiento sin notar mejoría alguna, el rey se negó a pagar la factura.
¡Qué piojoso! Se dice que Felipe II el Prudente, rey de España, murió en 1598 de ptiriasis, o sea, una invasión excesiva de piojos.
Noblezas verdes. Uno de los pasatiempos favoritos de Enrique VIII era la fabricación de preparados de hierbas medicinales junto a su ayudante farmacéutico.
Calvos al poder. Para disimular su notoria calvicie, la esposa de Carlos VI, Isabel de Baviera, se hacía un peinado que remataba en un larguísimo cono del que colgaban finísimas gasas. El peinado hizo furor entre las nobles damas del siglo XIV, de manera que el cono era más alto cuanto más aristócrata era la cabeza que lo llevaba.
Esta porcelana es una ruina. En los siglos XVI y XVII, la moda de competir entre los nobles europeos por reunir la mejor colección de porcelanas chinas hizo que muchos vieran peligrar sus haciendas.
Por una piedra... Enrique I de Castilla murió en 1217 de un golpe en la cabeza con una piedra, arrojada por unos niños que estaban jugando.
De lo que se come... Cuentan los cronistas que el rey Fernando el católico era un gran consumidor de criadillas de toro, para fortalecer -según él- su virilidad.
Castidad imperial. El rey Luis XVI de Francia y su esposa Maria Antonieta no consumaron su matrimonio hasta siete años después de la boda.
Amor en bandeja. Una de las perversiones del rey Enrique VIII de Inglaterra (1509- 1547) era mantener relaciones con sus numerosas mujeres arrojándolas sin contemplaciones encima de la mesa donde acababa de comer
La olorosa Pompadour. Se dice que la amante de Luis XV, Jeanne Antoinette Poison, marquesa de Pompadour, gastó durante su vida más de seis millones de francos de los de entonces en perfumes.