Las mujeres, ese estuche de monerías que al más pintado hacen que se rinda a sus pies cuando le dirigen una de sus coquetas sonrisas, pero no todo es perfecto hay ciertas actitudes que nosotros detestamos y a continuación se las presentamos:
- El chantaje emocional. Ella llora amargamente y te dice que no te vayas con tus amigotes. Tú le recuerdas que no los has visto en dos meses y que necesitas un poco de tiempo para ti. Ella hace un drama digno de telenovela. ¿En serio creen que estas cosas funcionan por mucho tiempo? De nuevo, la manipulación no es algo que nos guste mucho.
Que usen el sexo para castigarnos. El sexo es fantástico, no hay nada mejor dar y recibir placer de esa forma. Pero, cuando te tratan de castigar con sexo, es muy fácil olvidar que somos hombres civilizados, no porque seamos unos machos guiados por el instinto, es porque a nadie le gusta que lo traten de manipular. Esto es suficiente razón y motivo para ir a buscar quién sí quiera tener sexo
Hacer que te humilles. Estás ligando y todo va bien. Ella se ríe y están sirviendo la tercera copa que comparten, la plática es interesante y todo indica que es momento de hacer una movida un poco más arriesgada. Con una sonrisa burlona te dice: Tengo novio. ¿No lo pudo decir dos horas antes? Esto es vergonzoso y solo deja ver que ella está desesperada por atención
Coqueterías. Están en una fiesta y se la están pasando bien. Hasta que aparece este tipo y ella empieza a sonreírle. No importa, piensas. Yo estoy seguro de mi pareja y… ¿Lo está acariciando? Cuando la confrontas te dice que es solo un juego, que no hay razón para enojarse. Y tiene razón, no vale la pena enojarse si puedes irte con la rubia de la otra mesa. Una cosa es la inseguridad y otra que te vean la cara de bobo
La cazadora de bobos. Esta es una de las actitudes de las mujeres oportunistas capaz de enfurecer al más paciente. ¿Quién es ella? La que está en la barra, sola. Le hablas y te pide que le invites un par de copas. No, ella no tiene novio. Pero, después de haber saciado su sed a tu cuenta, te dice que necesita ir al baño. Tu esperas con cara de ganador mientras le das un sorbo a tu trago y de reojo ves cómo ella se va con su amiga dejándote solo. Con la cuenta.