La sospecha transforma a los hombres.

El folclore alemán cuenta la historia de un hombre que, al despertar, se dio cuenta que su hacha había desaparecido. Furioso, creyendo que su vecino se la había robado, pasó el resto del día vigilándolo.

Vió que tenía aspecto de ladrón, que caminaba furtivamente como un ladrón, que susurraba como un ladrón que deseaba esconder su robo.

Estaba tan convencido de sus sospechas, que resolvió entrar en la casa, cambiarse de ropa e ir a la policía a hacer la denuncia.

Sin embargo, apenas entró encontró el hacha -que su mujer había puesto en otro lugar. El hombre volvió a salir, miró de nuevo al vecino, y vió que éste caminaba, hablaba y se comportaba como cualquier persona
honesta.