Como el sol le hace falta a la luna,
pues sin él no podría darnos luz,
como el aire hace falta en el mundo,
así me haces falta tú.
Si algún día quisieras dejarme,
por mi madre que no iba a saber
ni pensar, ni morir, ni vivir,
mucho menos llorar o reír.
¿Cuándo has visto llorar a las piedras?
¿Cuándo has visto resecarse el mar?
Dime tú, ¿qué hay eterno en el mundo?
Nomás nuestro amor, ¡y ya!
Golondrinas, cenzontles, jilgueros,
vengan todos que hoy van a escuchar
la canción más hermosa del mundo
que es la risa de quien quiero más.