El América también ha tenido buenas actuaciones al haber sido semifinalista en tres ocasiones, pero eso no basta para satisfacer el anhelo -que se está transformando en desesperación- de que un equipo mexicano gane la Libertadores.
Lo que molesta más del caso Tigres es que su plantel titular tenía el potencial de pelear incluso por el campeonato, pero la renuncia del Tuca al torneo -anunciada desde semanas antes- provocó gran decepción, mas no sorpresa.
Además de la distancia cultural que nos aleja de la Libertadores, los designios de la Concacaf juegan en contra de que México gane la Copa. Los calendarios y la obligación de jugar la Concachampions, más el sueño del Mundial de Clubes (o los dólares que otorga en premios) pesan más que el deseo de codearse con los mejores equipos del continente.
Hoy las críticas están dirigidas contra “Tuca” y los Tigres, pero no olvidemos que es algo que se repite año con año; apenas en el 2011 el América de Reinoso fue a jugar con suplentes a cancha del Santos en cuartos de final, y como ese ejemplo hay muchos más.