Amada la noche llega.*


Rima II

Amada, la noche llega;
las ramas que se columpian
hablan de las hojas secas
y de las flores difuntas.

Abre tus labios de ninfa,
dime en tu lengua de musa;
¿recuerdas la dulce historia
de las pasadas aventuras?

¡Yo la recuerdo! La niña
de la cabellera bruna
está en la cita temblando
llena de amor y de angustia.

Los efluvios otoñales
van en el aura nocturna,
que hace estremecerse el nido
en que una tórtola arrulla.

Entre las ansias ardientes
y las caricias profundas,
ha sentido el galán celos
que el corazón le torturan.

Ella llora, él la maldice, 
pero las bocas se juntan...

En tanto los aires vuelan
y los aromas ondulan;
se inclinan las ramas trémulas
y parece que murmuran
algo de las hojas secas
y de las flores difuntas. 

Autor: Rubén Darío.