Aunque pueda parecer que el olfato es un sentido con poca relevancia en nuestras vidas, lo cierto es que nos valemos de él para realizar muchas actividades cotidianas. Un equipo de investigadores de la Universidad de Dresden ha estudiado como afecta la anosmia, o pérdida del olfato, a la vida de las personas.
Aproximadamente una quinta parte de la población tiene el sentido del olfato alterado, pero muy pocas personas de quejan por ello. ¿Es realmente importante tener este sentido inalterado en el mundo occidental? El trabajo, publicado en la revista PLoS ONE, concluye que, aunque la capacidad para oler no es imprescindible para sobrevivir, la pérdida o disminución del olfato genera una mayor inseguridad en las relaciones sociales e incrementa el riesgo de sufrir accidentes domésticos y de padecer depresión.
Los investigadores realizaron una extensa encuesta en la que compararon los hábitos y el comportamiento social de personas con el sentido del olfato intacto con aquellas que sufren de anosmia congénita aislada. Encontraron que las personas sin olfato no tienen gustos culinarios diferentes, a pesar de no poder sentirse atraídos por el olor de un alimento. Por otro lado, los afectados de anosmia desarrollan estrategias para evitar los accidentes domésticos: no pueden dejar nunca el fuego encendido en la cocina sin estar presentes, ya que no pueden percibir el olor a quemado; y para saber si la leche está estropeada se la tienen que dar a oler a otra persona. Otros gestos cotidianos como olfatear una camisa para saber si está pidiendo un lavado a gritos son inútiles para alguien con anosmia, que debe lavar sistemáticamente su ropa cada cierto tiempo.
Más inseguridad en las relaciones sociales
En el campo de las relaciones, los afectados por anosmia presentan una vida social similar a la del resto de la población, se emparejan al mismo tiempo y tienen el mismo número promedio de hijos. Sin embargo, cuando entran en contacto con personas a las que conocen poco, manifiestan más inseguridad. Este comportamiento se explica porque el olfato nos ofrece información sobre otras personas, y este canal de comunicación es muy importante en los primeros contactos. Esto podría explicar que los afectados de anosmia tengan aproximadamente la mitad de relaciones sexuales que el resto, aunque dicho resultado también podría deberse a que, al carecer de olfato, estas personas tengan un menor interés en el sexo.
Por último, parece que las personas con anosmia tengan más tendencia a sufrir síntomas de depresión. Estudios recientes han encontrado una reducción en el bulbo olfatorio en pacientes con esta enfermedad, por lo que ambas afecciones podrían estar relacionadas a nivel fisiológico.
Por último, parece que las personas con anosmia tengan más tendencia a sufrir síntomas de depresión. Estudios recientes han encontrado una reducción en el bulbo olfatorio en pacientes con esta enfermedad, por lo que ambas afecciones podrían estar relacionadas a nivel fisiológico.