El
loco y la Venus
¡Qué
admirable día! El vasto parque desmaya ante la mirada abrasadora del Sol, como
la juventud bajo el dominio del Amor.
El
éxtasis universal de las cosas no se expresa por ruido ninguno; las mismas
aguas están como dormidas. Harto diferente de las fiestas humanas, ésta es una
orgía silenciosa.
Diríase
que una luz siempre en aumento da a las cosas un centelleo cada vez mayor; que
las flores excitadas arden en deseos de rivalizar con el azul del cielo por la
energía de sus colores, y que el calor, haciendo visibles los perfumes, los
levanta hacia el astro como humaredas.
|Pero
entre el goce universal he visto un ser afligido.
A
los pies de una Venus colosal, uno de esos locos artificiales, uno de esos
bufones voluntarios que se encargan de hacer reír a los reyes cuando el
remordimiento o el hastío los obsesiona, emperejilado con un traje brillante y
ridículo, con tocado de cuernos y cascabeles, acurrucado junto al pedestal,
levanta los ojos arrasados en lágrimas hacia la inmortal diosa.
Y
dicen sus ojos: Soy el último, el más solitario de los seres humanos, privado
de amor y de amistad; soy inferior en mucho al animal más imperfecto. Hecho
estoy, sin embargo, yo también, para comprender y sentir la inmortal belleza.
¡Ay! ¡Diosa! ¡Tened piedad de mi tristeza y de mi delirio!»
Pero
la Venus implacable mira a lo lejos no sé qué con sus ojos de mármol.
AUTOR.Charles
Baudelaire
POEMAS EN PROSA.