Pido perdón, por romper reglas que en ocasiones me parecen estúpidas. El arte de vivir no tiene porque regirse en reglas que no siempre resultan universales y generalizables.
Pido perdón, por hablar alto, no siempre modulo mi voz, además soy medio sorda y es bueno que sepan que procuro no decir nada de lo que me pueda arrepentir.
Pido perdón, por pararme sobre las carpetas, hacer esto físicamente en ocasiones me permite ver el mundo desde otra óptica. Si pudiera ponerme de cabeza seguramente lo haría, el cielo quizás desde ese ángulo sería más azul.
Pido perdón, por ser boca sucia cuando me impaciento y dejar de lado las exquisiteces del lenguaje academicista y alturado que supuestamente debiera conservar siempre…
Pido perdón, por hacer mil cosas a la vez como un pulpo maniaco, solo canalizo mis energías a través de lo que me gusta, para que cuando no tenga ganas de hacer nada, pueda darme la pausa necesaria de meterme en mi caparazón.
Pido perdón, por todas las veces que me expulsaron de las bibliotecas por ser ruidosa. La verdad es que no todos podemos estudiar o leer en silencios de cementerios. El cerebro literalmente me hace corto circuito ante tanta aparente tranquilidad. Sinceramente me sentiría mejor acompañada por Mozart, Beethoven, Paganini y tantos otros y es más creo que las bibliotecas deberían tener jardines y fuentes.
Pido perdón, por NO CALLARME ante las cosas que no son muy claras o que me parecen injustas. El silencio solo me convertiría en cómplice y por lo tanto más culpable.
Pido perdón, por no tener alma de esclava como el 99.00% de la gente a la que se le considera “normal”. Prefiero hacer las cosas que amo y disfruto, en el momento exacto y con el tiempo necesario para gozar de ellas y no hacerlas solo por cumplir o por obligación.
Pido perdón, por las veces que expreso mis sentimientos hacia las personas con la efusividad de un “TE AMOOOOOOOOOOOOO AMIGA/O “, y también por las veces en que callo y solo dejo una carita feliz para que sepan que los leí.
Pido perdón, por todas las veces que mis jefes se desorientan ante mis actitudes excéntricas para ellos, no para mí, porque nunca dejo de ser “YO” a diferencia de muchos. Creo firmemente que quién no es leal con sus ideas, no puede ser leal con los demás.
Pido perdón, por no ser la esposa y la mamá más perfecta, pero si, la que les ama más que nadie en todo el universo. Y esto no son solo palabras al viento si Uds. están en mi mundo es porque fue mi elección y no una imposición.
Pido perdón, por creerme poeta, cuando solo escribo garabatos que conservan cierto orden para expresar mis complejos y disparatados mundos internos. Además el que quiere ser escritor lo aprende haciendo y quizás algún día lo consiga.
Pido perdón, por pretender que todos mis alumnos puedan superarme y por repetirles que si estoy en las aulas es porque me gusta lo que hago, que todos ellos serán mis pigmaliones.
Pido perdón, por ser una soñadora y creer que puedo cambiar un poquito este mundo, con las cosas que he hecho a lo largo de mi vida. No deseo vivir una vida sin sueños, sin sombras, sin ficciones porque quien vive así ya esta muerto.
Pido perdón, por mis locuras, por mis alucinaciones, por mis pesadillas, por mis sueños, por mis muertes, por resurrecciones, por hablar con mis otros yo es en voz alta tratando de buscar lo bueno de mi imperfecta humanidad.
FINALMENTE ME DOY CUENTA QUE JAMÁS PEDIRÉ PERDÓN POR SER YO
Autor: FANNY JEM WONG