Aún no se me va esa maravillosa impresión que me dejaste, a diferencia de otras veces, no es precisamente tu atractivo el que me animó a llamarte, pues no sabía en realidad quién eras, fue una curiosidad cotidiana lo que me inclino a buscarte.
Más allá de lo intrascendente que puede ser todo, y el poco valor real que existe, son las mismas sensaciones de siempre, que hacía ya mucho no pasaban por acá, que estaban perdidas en algún lugar de la ciudad, esperando ser halladas y hoy han dado de nuevo conmigo.
Esta vida está llena de oportunidades, las cosas pasan y dejan de ocurrir, se vive cada instante al máximo pues mañana podríamos no existir, de eso se trata esta vida, es necesario afrontarla y darle un espacio a lo que merece ser valorado, no revivir sensaciones pasadas, sino provocar unas nuevas cada
día.
Y si acaso aquí una amistad no fructifica, o si pasa lo contrario, no habrá de ser bueno ni malo, sino lo que debió pasar, pues mañana será otro día y si la vida me permite existir, habrán más personas en el camino que vendrán, se quedarán o se irán, por lo pronto, contigo, si me preguntas yo me quedo.