La nueva televisión

Internet entra en la batalla de la televisión, y probablemente en dos o tres años cambiará nuestros hábitos de consumo de arriba abajo. Para empezar, “el DVD pronto desaparecerá”. El pronóstico lo hizo hace dos meses en el Foro Internacional de Contenidos Digitales, FICOD, Anders Sjöman, director de comunicación de Voddler, la compañía que ha revolucionado en los países nórdicos la taquilla de entretenimiento a la carta.

El “Spotify del vídeo” ultima su expansión a países como España. Presume de haber vencido a la piratería. Lo que parece claro es que, sea o no así, el cambio en el modo de ver la televisión será el resultado de la irrupción de los modelos inteligentes que incorporan conexión a internet y a las redes sociales.

El 70% de los aparatos que se venden ya disponen de ella. Para los que no tengan pensado cambiar de tele próximamente, por ciento cincuenta o doscientos euros pueden comprar un dispositivo que facilita la conexión a internet a través de WiFi o de cable, y que al mismo tiempo también sirve como sintonizador de TDT.

¿Cómo funciona? 

Las smart tv ofrecen en el menú del aparato una serie de iconos (widgets) parecidos a los de las aplicaciones del móvil, donde aparecerán las distintas opciones: TDT, películas que tengas en tu disco duro o los contenidos de internet. Además, el software analiza los hábitos de navegación que tienes como usuario y te recomienda vídeos de YouTube u otras webs.

También facilita la conexión simultánea con las redes sociales y, en algunas de las plataformas que comienzan a comercializar cine y series, ver una película al mismo tiempo que se está grabando otra. En definitiva, el espectador pasa a tener un papel protagonista hasta ahora nunca visto. La nueva tecnología permite que, por ejemplo, si un presentador se refiere a un disco, aparezca una leyenda en la pantalla con la tienda donde puedes comprarlo o la página ara interactuar con grupos de fans.

En caso de que la descarga sea gratuita y se financie con publicidad, por primera vez el espectador podrá elegir si la ve antes de empezar la película, al final o cuando le dé al “pause”. En algunas plataformas, como Voddler, incluso podrá decidir qué anuncio ve entre las opciones que se le presentan, todas ellas seccionadas de acuerdo con su perfil.

“Todos deberían abrazar nuestra iniciativa”, según Sjöman; “los consumidores, porque van a poder ver todas las películas que quieran en su casa; los publicistas, porque les ofrecemos un mercado segmentado; y las productoras, porque les ofrecemos la posibilidad de hacer la transición al mundo digital”.

Youzee, la última de las iniciativas que se ha presentado de cine bajo demanda, incorpora un sistema inteligente que aprende de las preferencias del usuario y de sus amigos, y les recomienda películas y series que sintonizan con sus gustos. Telefónica y Microsoft han ido incluso un paso más allá, y ya ofrecen a los usuarios de Xbox 360 la posibilidad de acceder a 12 canales de televisión de Imagenio a través de la consola. El usuario puede acceder a su contenido favorito sin utilizar los mandos, simplemente con la voz.

Tendencias de consumo

Según el estudio Reporte de tendencias y consumo de TV y Vídeo 2011, de Ericsson ConsumerLab, el 44% de los encuestados (400 millones en el mundo) afirmó ver televisión por internet al menos una vez por semana. Este estudio señala que el consumo en abierto ha pasado de un 88% de la población en 2010 a un 84% en 2011.

La tendencia es clara, pero ¿están dispuestos a pagar por ver una película los que hasta ahora la descargaban ilegalmente? “Creemos que hay un grupo de población amplio que sí pagaría dos euros por ver estrenos en alta definición  echados cómodamente en su sofá”, asegura Juan Ignacio Roca, cofundador de Waki.tv.  

Roca no cree que el negocio dependa de que la Ley Sinde, o como se rebautice con el nuevo Gobierno, ponga coto al mercado ilegal. Sin embargo, en el sector hay opiniones encontradas. Rafael Sánchez Jiménez, de Filmotech, piensa que el debate sobre la norma ha aumentado la presión sobre las descargas ilegales y hará que cierren algunas webs. No obstante, Jiménez es consciente de que, al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, donde existe tradición de pagar por los contenidos que se distribuyen por internet, en España se ha instalado la idea del “gratis total”. Plataformas como Youzee quieren contrarrestarla captando clientes con una tarifa plana por debajo de siete euros, pero según algunos expertos el negocio está en el pago por película. “Nadie va a ofrecer estrenos en tarifa plana si hay gente dispuesta a pagar por ellos”, explica Jacinto Roca.

El confundador de Waki.tv argumenta que la televisión inteligente no va a hacer que los estrenos lleguen antes al espectador. Sin embargo, en Woddler dicen que no quieren competir con Series Yonkis, sino ofrecer un valor añadido, y por eso se disponen a ofrecer producciones de Disney, Paramount, Warner Bross y Miramax. Hasta ahora tiene 3.100 títulos, el 80% ofrecidos de manera gratuita, y el resto como contenido premium. “La pelota”, dice su portavoz, Anders Sjöman, “está en el tejado de los usuarios”, a quienes invita a unirse al movimiento de liberalización del cine y conseguir que pueda fluir de manera legal y con calidad por internet. 

Todo muy bonito para los países del primer mundo, pero será posible en México, con sus millones de pobres.